jueves, marzo 28, 2024

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OPINIÓN: La campaña sucia llegó a Necochea

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Por Miguel Abálsamo

El origen de las «campañas sucias» se remonta a los Estados Unidos, elecciones generales del año 1925 entre John Squino y Adams Jackson que finalmente se resolvió en la Cámara de Representantes, al estilo de Hillary Clintón ante Donald Trump, donde  terminó ganando quien había perdido las elecciones por el voto popular.

La misma tuvo como estrategia la ofensa al adversario, los inventos diarios de cualquier tipo y profesionales preparados para convencer al ciudadano  sobre actos de los candidatos, la mayoría inventados con fines electorales.

La política debe ser el arte de gobernar, la forma de cambiarle para bien la vida a la gente.

En esta actualidad la proliferación de las redes sociales, perfiles truchos, contratados para tales fines, y aquello de… «miente… miente… algo quedará…»,como forma permanente de hacer política de la manera más bastarda y repudiada por la mayoría de la población, parece estar a orden del día, utilizando diferentes medios periodísticos que con honestidad quieren informar de todo lo que ocurre.

Ese rumor que lanzan los cretinos, la distribuyen los honestos y las consumen los estupidos.

Estamos  en días de una nueva elección, ya parece que debemos acostumbrarnos a esto los argentinos, y en nuestra patria chica los necochenses.

Esto no equivale decir que las diferencias ideológicos con existencia real y es perfecto que cada sector defienda sus ideas con firmes convicciones, no para convertirse en enemigos los que piensan diferente sino simplemente en adversarios circunstanciales.

La «campaña sucia» se instaló muchas veces en el distrito, figuras muy fuertes como el ex senador Miguel García, el dirigente sindical, recientemente fallecido, Gerónimo Venegas, el propio Roberto Porcaro, y distintos intendentes que han pasado por la jefatura del distrito,  han recibido diatribas que duran un tiempo pero dejan cicatrices difíciles de cerrar, porque detrás de cada uno hay una familia, y lo peor es que cuando la historia pone las cosas en su lugar, aquellos que lanzan a la calle esos rumores malintencionados, desaparecen entre las sombras, olvidados en el tiempo, jugando a la desmemoria colectiva que no termina juzgando lo actuado por individuos oscuros.

En los últimos días dos figuras políticas reciben desde diferentes vertientes ofensas personales, precisamente dos figuras de futuro que tal vez polaricen la elección de octubre, el actual intendente doctor Facundo López y el titular del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, doctor Arturo Rojas, con ataques de campaña sucia.

Es la segunda vez que cuando el intendente toma vacaciones unos días junto a su familia, aparecen los mediocres que nunca serán nada, argumentando una internación por diferentes motivos, cuando la mayoría de la población sabe con exactitud la situación vacacional, o con el primer concejal de Cambiemos, montando también sobre él una campaña de desprestigio evidente.

Nadie puede evitar que sectores de nuestra sociedad repitan conceptos, hablen por lo que dicen escuchar, sentencien por el sólo hecho de sentenciar, terminan siendo funcionales de aquellos que precisamente utilizan esta herramienta, encontrando en muchos ciudadanos honestos el caldo de cultivo para sus intereses.

Esnaola a escena

En el medio de todo esto un concejal, a quien llamamos «el denunciador serial compulsivo», doctor Alberto Esnaola, ejerciendo su mejor profesión, la negatividad de una Necochea del «no», donde, salvo él, todo lo demás es menor, sin estatura intelectual y sin moral, suele aparecer en escena casualmente en tiempo de elecciones.

Quien se erige como el «único», que desayuna con moralina, almuerza con un plato de honestidad con postre de ética ciudadana, a días de una elección mete a todos en la misma bolsa, funcionarios municipales, intendente de turno (su especialidad), periodistas y componentes de su mismo partido político, Unión Cívica Radical, a la hora de salvar su propia ropa, la limpia y la sucia.

Esto no quiere decir que debemos callar hechos de corrupción que se dan en diferentes gobiernos, dudosas actitudes de dirigentes, precisamente quien esto escribe dedicó editoriales referidas a la licitación del Camping «Miguel Lillo» en época del gobierno del doctor Alberto Esnaola, o los contratos «raros» de continuidad con la recolección de residuos, época del gobierno que integraba el denunciante serial Esnaola, o la instalación de Raiser en la misma época, o dinero que llegaba de Nación para obras en Necochea, ejemplo, el CIC. y se derivaba a otros sectores, la no posibilidad de contar los necochenses con el Polideportivo de la UATRE frente a la Terminal, cambiando esa postal por mugre dejada por el gobierno que integro, la nunca terminada Avenida 75,la famosa «obra del siglo» como dijera un edil oficialista de aquella administración radical, y terminó inundada y todavía intentando ser reparada, o cuando se cayeron las casas del barrio «Titanic», hoy por hoy todavía soportando sus vecinos la desatención estatal del gobierno que Esnaola integraba, o cuando se facturaba por duplicado en la Playa de Camiones «El Chiquero», o se gastaba el triple de lo que hoy se invierte en La Ruta del Tango o el Enduro Pale, en aquellos festivales infantiles y las elefantiásicas cifras millonarias que nos costaban en el gobierno que el componía, mereciendo el chiste repetido de los ciudadanos… «trajeron a los Rolling Stone… por los millones que costaron…?»

¿Se acuerdan cuándo se contrataban siempre a las mismas empresas para realizar los diferentes trabajos?

¿Y cuándo los empresarios de las principales remiseras del distrito almorzaban y cenaban con conocidos funcionarios de aquella administración que Esnaola integraba?

Una pena que en ese momento el edil denunciador serial no haya tenido toda esta información para desarrollar su especialidad profesional, la denuncia.

Esto es crítica

No es campaña sucia.

Campaña sucia es enlodar a la gente sin pruebas, lanzar al aire sospechas de deshonestidad, y no pedir disculpas cuando esas acusaciones están alejadas de la verdad.

Y esto no se detendrá.

Un plan de artillería tiene preparado Esnaola y su elenco estable entre sombras.

Un mes intenso contra el intendente doctor Facundo López en una estrategia de desestabilización, acusando a funcionarios y dejando manto de dudas sobre su accionar.

Un mes intenso donde el abrazo del oso al doctor Arturo Rojas, primer concejal de su alianza Cambiemos, no estará exenta de algún tropiezo sin darse cuenta o una zancadilla para hacer trastabillar la mesa de unidad de peronistas y radicales «macristas».

Un mes intenso donde tratará de todos modos aplicarle un golpe a la justicia, concretamente Juzgado Federal que tiene a su cargo el doctor Bernardo Bibel, cargo que desvela por tener el concejal Esnaola.

Habrá ataques al Consorcio de Puerto Quequén, tal vez desde otros sectores pero con su autoría intelectual.

Esnaola esta pensando seriamente en pelear la futura presidencia de Puerto Quequén, para un hombre de su confianza, se habla de un conocido abogado de La Plata, desembarcando en la zona.

La sociedad debe estar advertida que serán treinta días difíciles, los ojos bien abiertos y la cabeza siempre pensante, habrán intentos desestabilizadores en diversos ángulos. Ante esto no puede haber fisuras, se requiere unidad de los necochenses, podemos disentir en muchas cosas y dividirnos a la hora del voto o discutir apasionadamente en defensa de las ideas, pero debemos cerrarles el paso a la desestabilización y a la campaña sucia.