viernes, marzo 29, 2024

Internacionales

EL MUNDO: «Dique» holandés a la oleada populista

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Los liberales derechistas del premier Mark Rutte están encaminados hacia una victoria en las elecciones legislativas de hoy en Holanda, según los primeros sondeos de boca de urna.

Los datos electorales indican que el buen resultado logrado por el VVD (Partido por la Libertad y la Democracia) puede poner fin a la pesadilla del populismo islamófobo y anti-europeo del PPV (Partido de la Libertad) de Geert Wilders, quien hasta hace unas semanas estaba al frente en los sondeos.

Según dos encuestas difundidas al cierre de la votación, y pese a perder 10 escaños respecto a las elecciones del 2012, el VVD obtuvo 31 bancas (sobre un total de 150 en la Cámara baja del Parlamento), lejos del PVV, que está segundo, con 19 bancas (+4%), el mismo número de escaños de los democristianos (CDA) y de los liberales de izquierda D66.

Otro dato clave de las elecciones de hoy es el de la afluencia, que fue muy alta, del 82%, clara señal de que muchos holandeses fueron a votar convencidos que en el país de la tolerancia era necesario derrotar a la oleada xenófoba.

A Rutte lo esperan de todos modos largos meses de tratativas en el intento de formar un gobierno, tarea que no se presenta nada fácil.

La votación indica por otra parte que Holanda puede convertirse en un dique tras la oleada populista nacida en Europa con el Brexit, la salida de Gran Bretaña de la UE con el referéndum de junio pasado.

El populismo impulsado también con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, y fomentando por Rusia, se tradujo en Holanda en el programa electoral de Wilders. «Esperemos ganar… con nuestros temas desde ahora hemos de tdos modos dejado nuestra huella en esta votación. Cualquiera sea el resultado, el genio no volverá a la lámpara. Esta revolución patriótica comenzó y no se detendrá», había afirmado Wilders en el momento de depositar su voto en una escuela de la periferia de La Haya, ante los fotógrafos y las cámaras de medio mundo.

En un tuit difundido tras conocer las primeras indicaciones electorales Wilders se limitó a «agradecer» a sus electores, precisando que «el primer objetivo» al que apuntaba su partido había sido logrado.

El programa electoral de Wilders, de 53 años, se redujo a tan sólo una página limitada a doce puntos, entre los cuales la prohibición del Corán, el cierre de las mezquitas, la salida de la UE y por lo tanto también del área euro. El plan electoral de Wilders prevé también varias medidas muy populares, como el recorte de los alquileres.

Wilders había quedado políticamente aislado durante la campaña electoral por todos los principales partidos que se presentaron a las elecciones, los cuales descartaron de manera tajante la posibilidad de armar una coalición de gobierno junto al PVV.

El choque entre Rutte y Wilders produjo a su vez el derrumbe de los laboristas (PVDA) del premier vicepresidente de la Comisión Europea, y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, partido que logró sólo 9 escaños, 29 menos que en el 2012.

En el frente de los ganadores se destacan en cambio los Groenlink, el partido de la izquierda ecologista, liderados por el joven -tiene 30 años y es hijo de inmigrantes- Jesse Klever. Es probable que muchos islámicos temorosos de ser expulsados del país hayan votado precisamente al partido «verde». El Groenlink pasó de esta manera a ser el primer partido de izquierda del país, algo inédito hasta ahora.

Pero de una u otra manera el ganador del día fue Rutte, de 50 años, quien a lo largo de sus dos mandatos logró mantener a Holanda fuera de la crisis que están sufriendo otras economías europeas.

El resultado electoral demuestra por otra parte que la crisis diplomática de estos últmos días entre Holanda y Turquía terminó favoreciendo al premier saliente.

Rutte logró manejar el encontronazo con Ankara demostrando que tiene la capacidad de ser un líder enérgico y equilibrado, frente a los insultos del presidente turco Recep Tayyip Erdona, que acusó de «nazismo» no sólo a Alemania, hace unos días, sino también a la misma Holanda. (ANSA)