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La polarización política en la que está inmersa Colombia desde antes del inicio de las negociaciones de paz con el grupo guerrillero FARC mostró hoy su rostro con el triunfo del «No» por un escaso margen sobre el «Sí» en el plebiscito por la paz.

El resultado dejó malherido el proceso de paz con el grupo guerrillero, que se negoció durante los últimos cuatro años y se firmó el pasado lunes en Cartagena de Indias, ante decenas de presidentes y delegados internacionales, que confiaban en que el país sudamericano le ponía así fin a 52 años de guerra.

Sin embargo, faltaba un paso más, el plebiscito en el que los colombianos votarían «Sí» o «No» a lo acordado en Cuba y este domingo dieron su veredicto final en las urnas.

Contabilizadas el 99,96% de las mesas de votación, el «No» obtuvo 6.431.311 votos contra los 6.375.574 del «Sí», es decir una diferencia de tan solo 55.737 votos cuando apenas faltaban por contar 30 puestos de votación en todo el país.

Todo aquello con un margen de abstención superior al 60%, pues solo salieron a sufragar un poco más de 13 millones de personas de las cerca de 35 millones que estaban habilitadas para hacerlo.

Departamentos como Antioquia, Cundinamarca, Tolima, Norte de Santander, Santander, entre otros, se impusieron por encima de Bogotá, la región Caribe, y aquellos lugares donde la confrontación armada interna ha golpeado más duro a la población.

Ariel Ávila, subdirector académico de la Fundación Paz y Reconciliación, resumió el resultado de este domingo de la mejor manera posible: «el mundo urbano terminó decidiendo la guerra que vive el mundo rural».

Tras la votación, los promotores del «No», encabezados por el ex presidente y senador derechista Alvaro Uribe, celebraron como si se hubiera tratado de un triunfo del seleccionado de fútbol «cafetero», mientras en los cuarteles del «Sí» todo era silencio y caras largas.

«Lo primero es una reacción de humildad, de felicitaciones al «Sí» y al pueblo colombiano, de tranquilidad a las FARC, queremos que sigan el proceso. Queremos reconducir el proceso», dijo Francisco Santos, uno de los activistas por el «No» y quien fuera vicepresidente del gobierno de Uribe.

Santos dijo que «aquellos que tienen hoy incertidumbre, tranquilos que vamos a manejar esto sin soberbia y con ganas de construir un país entre todos».

Uribe y sus seguidores sostuvieron la idea de que si se rechazaba en las urnas el acuerdo de paz con las FARC se abría la posibilidad de renegociar lo que no les gustaba de lo pactado, una opción bastante improbable.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dieron este domingo una muestra de sensatez política al asegurar que «mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro».

Así lo manifestó desde La Habana, Cuba, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», quien agregó que «con el resultado de hoy sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía mas grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera».

Entre tanto, el presidente, Juan Manuel Santos, advirtió que no se rendirá en su búsqueda por la paz y en una muestra de ello anunció que «el cese del fuego y de hostilidades bilateral y definitivo sigue vigente, y seguirá vigente».

Dijo que mañana citará a «todas las fuerzas políticas» del país, en especial a los promotores del «No», para «escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir», Negó cualquier posibilidad de abandonar el cargo e instruyó a sus negociadores de paz para que viajen este lunes a La Habana e informen a sus pares de las FARC «sobre el resultado» del «diálogo político» que surja con los opositores a la paz.

«No me rendiré. Seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos», concluyó el mandatario. (ANSA).