jueves, abril 18, 2024

Internacionales

Asesinan a uno de los policías que detuvo a «El Chapo»

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Uno de los dos policías federales que detuvo al poderoso «rey de las drogas» el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán el pasado 8 de enero en la norteña ciudad de Los Mochis, estado de Sinaloa, fue asesinado por hombres armados que lo emboscaron.

Arturo López, el agente federal victimado, es una especie de «héroe» porque rechazó un cuantioso soborno que le ofreció Guzmán cuando fue arrestado al momento de huir en ropa interior junto con Iván Gastélum, apodado «El Cholo Iván», su hombre más cercano, en una ruta a las afueras de Los Mochis.

Usando la vieja máxima de «plata o plomo», Guzmán le dijo a los guardianes del orden que lo arrestaron luego de que logró huir por un caño (ducto) de drenaje de una casa de seguridad donde se resguardaba que «les arreglará la vida para siempre».

Acto seguido, les ofreció a cada policía una empresa, pero ellos le pidieron guardar silencio ante lo cual optó por recurrir a la amenaza, según los testimonios difundidos a los medios.

«Me van a venir a rescatar, va haber un regadero de sangre, mejor déjenme ir, déjenme llegar a Chemoris», señaló el jefe del Cártel de Sinaloa, en referencia al poblado vecino donde pretendía refugiarse.

Los policías federales desoyeron las propuestas seductoras y las advertencias y trasladaron a un hotel a Guzmán y su cómplice, para evitar que fuera rescatado por sus hombres.

El todopoderoso jefe criminal, cabeza de un imperio con ramificaciones en 52 países y a quien se le atribuyen al menos 3.000 asesinatos, había perpetrado la más audaz de sus dos escapes de prisión seis meses antes, cuando se fugó a través de un pasadizo de 1.500 metros de largo y 15 de profundidad de la cárcel del Altiplano, a las afueras de la capital.

El guardia Arturo López, que es considerado una especie de «oveja negra» (excepción) en un país donde los policías son el «epítome» de la corrupción, fue acorralado anoche cuando iba a bordo de una patrulla en la ruta Los Mochis-Navojoa, cerca de un cuartel militar, señalaron hoy fuentes oficiales.

Un convoy de tres furgonetas con hombres armados atacó a las 20:20 locales del miércoles a la patrulla donde iba el policía junto a uno de sus compañeros, quien resultó ileso.

Tras la recaptura de «El Chapo», que aguarda actualmente en una prisión de Ciudad Juárez, frontera con Estados Unidos, su extradición al país vecino, para responder por varios cargos vinculados al tráfico de cocaína, se anunció que López y su compañero serían promovidos y condecorados, pero se ignora si esto sucedió realmente.

En todo caso, en su momento ambos fueron felicitados por el comisionado general de la Policía Federal, Enrique Galindo, y por el Comisionado Nacional de Seguridad Renato Sales, quien dijo que sus nombres no iban a ser dados a conocer «porque hay que cuidarlos».

Inclusive se había anunciado que serían reasignados a otra zona para evitar posibles represalias, algo que aparentemente no ocurrió.

Cuando fue detenido, Guzmán iba a bordo de un automóvil que había sido despojado a una persona, quien denunció el robo y fue de esa manera que la policía logró ubicarlo y recapturarlo.

Todavía en el hotel donde fue llevado el «capo di tutti capi» se temía que llegaran comandos armados a rescatarlo en forma espectacular.

Guzmán se había fugado una primera ocasión en enero de 2001 cuando todavía no era tan poderoso como lo fue años después, de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, estado occidental de Jalisco, a través de un carrito de lavandería.

El poderoso delincuente había arrestado por primera vez en 1993 en Guatemala y deportado a México, donde fue confinado La Palma, nombre anterior de la cárcel del Altiplano, en el Estado de México, a 90 kilómetros de la capital, acusado de delitos contra la salud, asociación delictiva y cohecho.

Dos años después fue trasladado a la prisión de Puente Grande, donde logró sobornar a todo el personal y preparar su primera fuga, según testimonios. (ANSA).