jueves, marzo 28, 2024

Locales, Opinión

BASURA CERO es un objetivo que muchas ciudades toman en serio

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En el mundo hay ciudades que implementaron políticas de fondo para reducir a casi cero los residuos no reutilizables o reciclables. Entre las más destacadas figuran las de países desarrollados, aunque también hay casos en nuestro propio continente.

El problema de la basura es uno de los temas ambientales de nuestro tiempo. La lógica de la sociedad de consumo lleva  a la generación de grandes cantidades de residuos. Mientras más se consume, más se desecha.

Por ello, mientras que en la Argentina se genera 1 kg diario de basura per capita, en Estados Unidos este número se cuatriplica.

Es por eso que en todo el mundo se hacen cada vez más necesarias políticas para la reducción de la generación de residuos que sean totalmente desechables.

En general, son las ciudades importantes de los países desarrollados las que tienen las políticas más profundas en estas materias.

Así, en Oslo, Noruega, se implementa un sistema de división en origen por bolsas de colores, las cuales son separadas en las plantas.

Todo lo que sean papeles y plásticos se recicla, mientras que lo orgánico se vuelve un generador de energía al convertirlo en biogás.

De esta manera, se reducen aquellos residuos efectivamente desechables, los cuales son incinerados.

En 2011, Oslo logró que apenas el 6% de sus residuos se desecharan. En San Fracisco, Estados Unidos, también con una política de separación en origen en tachos de colores se logró una reducción del 80% de los residuos, y la ciudad sigue un plan bajo la consiga “Zero Waste” para el 2020, lo que apunta a una reducción de cerca de la totalidad.

En nuestro continente, una ciudad modelo es Campinas, en el Estado de San Pablo, Brasil.

El Municipio lleva adelante una política de “colecta selectiva”, la cual diferencia entre vidrio, metal, plástico y papel.

Pero además considera categorías especiales para aquellos residuos que requieren un tratamiento diferenciado, como lo es el aceite vegetal comestible, las pilas y baterías, los neumáticos y la basura electrónica.

Estos casos muestran que un tratamiento positivo de la basura es posible, y la realidad señala que ello es necesario.

Se trata de un camino de concientización y decisión, que implica a todos los miembros de la sociedad pero que debe ser impulsado desde la política.