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Por Horacio Castelli

Los honestos necesitamos convicciones y perseverancia para enfrentar el entramado que los delincuentes arman para realizar sus actividades fuera de la ley. Porque  solos no pueden, necesitan sin dudas de los incrédulos y los interesados para lograr sus objetivos.

Lo sucedido con el intendente Horacio Tellechea es claramente una maniobra orquestada por aquellos que necesitaban que todo siga igual, que nada altere el statu quo que vienen manejando desde hace décadas en Necochea.

La irrupción de Tellechea modificó bruscamente el escenario que tan bien habían armado quienes viven del estado municipal y le extraen todo lo que pueden desde hace años.

Medios de comunicación, que han sido subsidiados por todos los gobiernos municipales para abonar los sueldos de sus empleados.

Políticos que han realizado “acuerdos” permanentes para sostener su sueldo o dieta que les permita vivir cómodamente.

Empresarios que recibieron obras y concesiones sin competir con nadie armando expedientes “truchos” donde se presentaban empresas fantasmas o pertenecientes al mismo grupo.

Empleados municipales que cuidan su “quintita” con maniobras ilegales y extorsivas donde hacen pingues ganancias.

Todo este conglomerado de corrupción y delitos fue lo que atacó masivamente al gobierno de Horacio Tellechea con la complicidad de algunos incautos y de muchos interesados en que nada cambie porque también tienen sus intereses comprometidos.

Si los corruptos no tienen socios difícilmente puedan avanzar en sus maniobras. La sociedad de Necochea deberá despertar de una vez por todas, para que el trabajo honesto gane la batalla final y podamos ser un distrito en serio.