“La política sobre producción agropecuaria que implementa le gobierno nacional hace agua por los cuatro lados.”
“En materia triguera, la petición de pagar las deudas con trigo que hicieron los productores en enero de este año fue la punta del iceberg cuya colisión venimos anunciando desde hace cuatro años.
Ahora, la situación de catástrofe económica que pesa sobre el puerto de Quequén, producto de la prohibición de comercializar trigo, es el hundimiento de este Titanic de falsedades.
Si no alcanzara para medir las mentiras del gobierno nacional sobre la defensa de la mesa de los argentinos la distancia que hay entre lo que los productores reciben y los consumidores pagan, podríamos ponderar para eso lo que embolsan los empresarios amigos del gobierno que intermedian y especulan.
Quequén es el vértice de área de alta producción triguera dadas las excelentes condiciones ambientales para este cultivo, que históricamente representaba entre el 50% y 60 % de la superficie agrícola de la región. Ello permitía al puerto la exportación de más de 2 millones de toneladas, y ser el receptor de varios miles de toneladas de insumos para el cultivo.
Pero gracias a los conceptos sobre producción del gobierno nacional, este puerto de aguas profundas, con 42 pies de calado y con una escollera protectora finalizada recientemente, hoy se debate entre la lenta agonía, cubriéndose de arena su canal de 2500 metros hacia el mar por falta de pago a las dragas, o, tal como dan cuenta los medios, transformarse en un centro de practica de la motonáutica.
La crisis que vive el puerto la causo el gobierno nacional y debe ser éste quien resarza a este emplazamiento estratégico para la producción nacional en un país normal y al que los bonaerenses no podemos ni debemos abandonar.”
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